sábado, 10 de noviembre de 2007

Por las aguas del sur





Llevo varios dias de retraso y de vagancia; mejor sería decir dias de no hacer esto que esperabais para hacer otra cosa que se debía hacer: honrar a los difuntos de nuestrs familia en la persona de nuestro padre. Pero nuestro padre estaba lejano, tan lejano como en un pueblo de Huelva, Calañas, y mi hermano en Salamanca. Pero por el oeste siempre se ha cabalgado bien desde que el mundo es mundo y nos fuimos a Calañas, pasando por la Ruta de la Plata hasta ver la mar Oceana en Palos de la Frontera, junto a las tres carabelas. También vino de Málaga mi sobrina Belén. Y en Huelva, ciudad, nos hicieron los honores, honores generosos verdaderamente, mis amigos de siempre los esposos Domingo y Gertrudis, de Calañas de toda la vida.


El dia 2 de noviembre teníamos una cita muy importante: asistir a la Santa Misa a las cinco de la tarde en el cementerio de Calañas, que por cierto estaba precioso lleno de flores y de palmas y muy limpio. Allí concelebré con el párroco D. Stanislaw que es polaco y de voz potente y de mente directa. Prediqué la homilía´en la que animé a la gente cristiana a lo que siempre hemos hecho por los parientes difuntos, ofrecer la santa Misa, rezar el Rosario y muchas mas oraciones, que son almas muy agradecidas cuando lleguen al Cielo. Me presenté diciendo que era el hijo de D. Andrés, el médico, y ya se oyeron muchos murmullos que luego de la misa se concretaron en saludos, recuerdos e invitaciones a subir al pueblo a tomar unos cafés. Cosa que hicimos en el bar frente a la Iglesia parroquial, despues de dar una vuelta por el pueblo y recordar tantas cosas de hace 39 años.



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